Les voy a contar una triste historia. Esta temporada me propuse hacer las cosas bien. Así es que compré con buen tiempo mi abono para no estar perdiendo tiempo en la cola de los boletos con descuento. También me compré mi playera original, porque la temporada pasada anduve con una pirata.
Estaba muy emocionado desde que me desperté. Le quité la etiqueta a mi playera y la acompañé con mi saco negro para ir a trabajar al INE (pues como ustedes ya saben, soy Consejero Distrital). Salí de ahí cerca de las 2 de la tarde y le pregunté a Mayra si llevaba algo de comer. Ella me dijo que sí, que comprara unas carnitas; suficientes -me aclaró- porque iban a comer con nosotros los vecinos. Para esto, desde muy temprano estaba trabajando en la casa mi bróder Alejandro Varela, que nos está haciendo un mural muy cool en la pared que da a la calle.
Y bueno, fui por las carnitas a un lugar que nunca había visitado, pero había gente y eso me siempre es buena señal. Pedí kilo y medio y esperé. Había dejado el auto a la orilla de la calle, mal estacionado y vi que un auto intentaba salir y mi auto estorbaba. Y ahí fue donde inicio la triste historia.